lunes, 27 de julio de 2009


MUERE JOAQUIN PEÑA EL “PROVINCIANO”, PERSONAJE MUY QUERIDO POR LOS ZAPATENSES

Por: Ignacio Vázquez Rosas/Robert E. Rodríguez Domínguez

Corresponsales
E. Zapata, Tabasco .- A sus 86 años dejo de existir un personaje muy querido por los zapatenses y aunque como el decía soy Campechano, pero también me siento orgullosamente, Tabasqueño”, don Joaquín Peña Sánchez, mejor conocido por los zapatenses como el “Provinciano”, seudónimo que le puso su amigo, el poeta de América don “Carlos Pellicer”.
Fue artesano, comerciante, maestro, poeta, pintor e historiador y periodista; nacido en el municipio de Ciudad del Carmen, Campeche el 18 de Agosto de 1922, entrevistado por esta corresponsalía el 3 de Abril del presente año, Don Joaquín Peña nos comentaba sus recuerdos y con nostalgia nos decía que su padre el señor Manuel Peña Díaz, ex Presidente Municipal de Ciudad del Carmen, fue su mejor maestro y le enseño los primeros principios de la filosofía leyendo y dialogando cantidades de libros, mucha historia, modales, ética, moral y lógica, y que de chico aprendo a leer y escribir con la cartilla de SAN ANDRES y con el pizarrín y la pizarra.
Nos comento en la entrevista que salió de doce a trece años a estudiar a la Capital de la República, fue tipógrafo y Maestro, estuvo en el Comité Deportivo Militar Revolucionario y cuando México entro a la segunda Guerra Mundial perteneció al Ejercito dando servicios a los Campos de Aviaciones, carreteras, agua potable y drenaje, así como también preparo a los primeros Conscriptos, fue en México, ventero de billetes de lotería, mesero, ventero de tortas en los edificios de construcción y como pintor trabajo pintando cuadritos en Chapultepec y Xochimilco, escribió cuentos y novelitas, poemas que editaba en periódicos como periodista espontáneo con el seudónimo de CATON DE UTICA.
También nos señalo que en su tierra natal, conoció a Luz Berttolini Marín, su esposa y compañera de su vida, llego a Emiliano Zapata, a fines de 1949, vendiendo cal y sal y comprando todo el producto de la región, el Río Usumacinta, nos comento en forma literaria, que “me abrió los brazos y me adopto; la Sociedad Zapatense me cobijo”, en donde trabajo como comerciante, maestro, poeta, pintor e historiador y hasta sus últimos días como artesano, creando diversas piñatas al alcance de la imaginación.
Joaquín Peña el “provinciano” con alegría nos comentaba, que mientras que dios le prestara vida seguiría creando poemas, historias y cuentos, tanto a personajes de la vida pública como a este hermoso edén del trópico como es Tabasco, porque señala “amo al pueblo de Zapata, donde esta la belleza, el amor, la paz y la tranquilidad.

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