domingo, 2 de noviembre de 2008

Pan de MUertos ¿Tradicion milenaria?





Existen diversas versiones del origen de esta dulce tradición, la de prepar pan para ofrendar a los muertos: una de ellas es que los españoles, al no consentir los sacrificios humanos que realizaban los indígenas, elaboraban un pan de trigo en forma de corazón bañado en azúcar pintada de rojo


AGENCIAS/ DOMINGO 01-NOV-08
Marco Buenrostro, investigador en cultura popular, aclaró que la costumbre se remonta a la época prehispánica y es característica de la zona centro-sur del nuestro país.
Cualquiera que haya sido su origen, lo cierto es que es una costumbre muy arraigada en diversos estados de la República Mexicana, en donde se prepara de diferente manera, pero su significado es el mismo: ofrendar a los muertos, niños o adultos, y ser parte importante del tradicional altar de muertos.
En opinión de la chef pastelera Paulina Abascal “este tipo de pan es redondo en alusión a que la vida es infinita”.
La experta mencióno que su elaboración requiere de tiempo y paciencia, ya que se puede requerir de hasta cuatro horas. Sin embargo, aquí proporcionamos una sencilla receta para prepararlo y saborearlo en este Día de Muertos.
Un sabor en cada región
De acuerdo con Marco Buenrostro, investigador en cultura popular especializado en cocina mexicana, existen algunas variantes para la elaboración del pan de muerto:
En michoacán y san luis potosí se elaboran en forma de muertito o calacas.
En el Valle Central es de anís en forma de domo, redondo con adornos en forma de huesos espolvoreado con azúcar.
En Tlaxcala se prepara con alto contenido de huevo y aromatizado con hierbas frescas.
En el Valle del Mezquital se conocen los llamados roquetes espolvoreados con azúcar roja.
En Pahuatlán, Puebla hay en forma de burritos, coronas o pelucas. Los destinados a los niños no tiene, color, pero sí van adornados en forma de juguete hecho de azúcar.
El de Puebla se caracteriza por estar espolvoreado con ajonjolí y excento de aromatizante, aunque en algunos lugares se le pone esencia de azahar.
En la mixteca poblana se prepara con la misma masa que la del bolillo, pero se le da forma humana y es espolvoreado con azúcar blanca si es pan para el altar de los niños o con azúcar roja, si es para el altar de los adultos.
En Oaxaca es grande y de yema, con una pequeña cara y lleva dentro una la figura de alfeñique que representa al ánima a quien se dedicó el pan. También se le pone merengue o azúcar rosa.
En la Huasteca de Hidalgo y Veracruz se hornean en forma de juguetes, perros o animalitos que cuelgan de una cinta en la ofrenda.
En algunas regiones también se elabora el llamado pan de vida para cubrir el vaso cristalino de agua que se coloca en la ofrenda para recibir a los muertos.

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