El fenómeno de las “amigas” se presenta en ambientes escolares e involucra a algunas jóvenes de los estratos socio-económicos medio-alto de la ciudad.
¿Será acaso que el vínculo familiar y comunicacional de las familias de estratos medio-alto se está perdiendo?
En México, el fenómeno de “las amigas” se ha apoderado de la juventud como una modalidad de prostitución moderna, presentándose en todos los estratos sociales y sin distinción de género, en algunos medios de comunicación se muestran como elemento fundamental para que este flagelo social se propague a pasos agigantados.
Prostitución en las escuelas
“Amigas” Sexualidad relajada o prostitución.
Por: Derky Wilner Pérez/Revista Lideres Políticos
Les llaman las “amigas” un nombre que se ha generalizado en México, y se ha popularizado entre las estudiantes de prepa.
La entrevista que se presenta a continuación es sobre un tema demasiado delicado y que sabemos que causará controversia y malestar entre algún extracto de la sociedad. Únicamente la publicamos, por su alto contenido periodístico y porque, sabemos que es una realidad que están viviendo nuestros jóvenes, que nadie quiere ver o se le ha dado poca importancia.
Palenque, Chiapas. Estaba a punto de estacionarme frente a la estación de radio 95.5, en donde presentaría una de las ediciones de la revista Líderes Políticos; el número de mi celular comenzó a sonar, chequé y me marcaba una llamada desconocida, contesté y una voz femenina dijo: “hola, buenas tardes, me gustaría platicar con usted le tengo datos importantes para un reportaje, se que le interesará.” Luego de ponernos de acuerdo en la hora, fecha y lugar de la entrevista, acudí puntual a la cita, la cual, se llevó en un popular café de Palenque; al llegar, una mano que se alzaba me indicó que ella era mi entrevistada, vestía un pantalón de mezclilla y un blusa roja, su edad oscilaba entre unos 17 ó 18 años, (más tarde sabría, que acababa de cumplir los 18), extendiéndome una credencial de estudiante pude constatar que era alumna del COBACH, luego de las respectivas presentaciones me dijo que la llamara “Sandra”; ordenamos un café para ella, un jugo para mí; luego del primer sorbo de café, alzo la mirada sobre la taza, el humo cubrió un halo de misterio en sus ojos y me dijo ¿has escuchado hablar de “las amigas”? Una expresión de sorpresa se dibujo en mi rostro, ella se dio cuenta de mi desconcierto y me abundo, “así nos hacemos llamar un grupo de chavas” quede en silencio un momento, por lo que siguió diciendo. “Yo soy amiga”. Fue cuando la interrumpí interpretando que había muchos más detrás de aquella simple palabra y le dije: “¿Qué te parece que comencemos con la entrevista?”. Tomó otro sorbo de café y, casi, con un susurró me dijo: “pregunta”.
Mi primera interrogante fue el saber:
L.P: ¿Por qué se hacen llamar “amigas” y que encierra esta simple frase?
Sandra: “Es una frase muy popular entre las estudiantes, la adoptamos porque se escucha chida, es una manera elegante de llamarnos, o de identificarnos, lo que sucede es que, más que nada, somos un grupo de “amigas y amigos” (clientes), nos conocemos todos, pedimos dinero, a veces, “por el servicio”, o a veces, simplemente porque necesitamos algo y sin necesidad de que hagamos nada pero pues debemos estar dispuesta a la hora que nos llamen.
Aunque la respuesta era obvia, mientras no saliera de su boca, no tendría validez así que pregunte
L.P: ¿Qué clase de servicio?
Sandra: (Un poco nerviosa), Vendemos sexo
Mirándola fijamente a los ojos, la tranquilice y agradecí la confianza que me brindaba por aquella revelación que aunque es vox populi en las escuelas; no se tiene documentado hasta estos momentos nada sobre este grave problema que enfrentan los jóvenes.
L.P: ¿Lo hacen con alguien fijo, como amantes?,
Sandra: -Si y no; Porqué no existe compromisos, son valores entendidos, simplemente nos llaman y nosotras, si estamos desocupadas vamos, si no, enviamos alguna amiga, claro, muchos prefieren con alguien que ya son fijas y conocidas”.
L.P: (Interrumpiéndola) ¿me podrías contar que está pasando con las estudiantes y el fenómeno amigas?
Sandra: (sonriendo melancólica, recordando lo que ella llamaría los buenos tiempos) –Mira, este fenómeno comenzó aproximadamente, hace unos diez años, más o menos cuando eran los buenos tiempos de Palenque, donde el dinero fluía a manos llenas y todo mundo “hacia negocios”, eran los tiempos tranquilos y de bonanza del municipio y pues había una o dos personas poderosas de acá, que gustaban de chavas bonitas y muchas se dejaron querer o convencer, entre más bonitas, más ganaban, eran la envidia de muchas chavas en la escuela, las veíamos subir a las camionetas polarizadas o carrazos de lujo, “ellos” les daban de todo: regalos, celulares, ropa, viajes, joyas y dinero, presumían en las escuelas. Así trascurrió mi vida.
Tras otro sorbo del café, se detuvo un momento, lanzando un pequeño suspiro, se acomodó en la silla y prosiguió.
Sandra: Cuando entré a la prepa, en ese entonces se encontraba en la calle Independencia, iba con la mentalidad de estudiar y dedicarme algún día a la comunicación, yo llegué y pues pronto, me di cuenta, que algunas amigas a pesar de no tener una solvencia económica holgada, se podían dar lujos que están fuera de los alcances de la mayoría.
L.P: ¿Como qué lujos?
Sandra: Pues siempre traían dinero, de 500, a mil pesos diarios, o celulares caros, de cinco mil ó más laptop; entre otras cuando íbamos a “la disco” siempre vestían bien, buenos perfumes y me comencé a llevar con ellas y aunque, al principio fueron muy reservadas conmigo, poco a poco, se fueron abriendo y, un día, me dijeron, ¿te gustaría tener todo lo que nosotras tenemos? a lo que de inmediato respondí, “claro”, entonces me explicaron que ellas tenían “ciertos amigos” que cuando las invitaban a fiestas privadas les pagaban bien”.
En esos momentos, me di cuenta que sus palabras le costaban salir por los nervios, pero continuó; después de aclarar su voz con un ligero carraspeo y luego de otro trago de café.
Sandra: Supe entonces, que mis amigas se prostituían, claro, a ellas jamás les ha gustado esa palabra, la cual representa un insulto o algo peor ellas prefieren llamarse “amigas” o prepagos en ese entonces yo tenía 15 años y acaba de salir de la secundaria, y a pesar de mi corta edad tenía muy bien formado mi cuerpo; entonces le pregunté a mi amiga: “¿ustedes se prostituyen?”, a lo que rápido me contestó: “claro que no, sólo son nuestros amigos, claro que tenemos sexo, pero no lo vemos de esa forma, es un simple intercambio, nosotras somos complacientes y ellos nos consienten en lo que queramos”, me dijo.
Un silencio se hizo entre los dos, mi entrevistada permaneció callada sin decir una sola palabra y yo quede un momento sin saber que preguntarle, a lo que rápidamente volví a tomar el control de la entrevista y nuevamente interrogue.
L.P ¿Aceptaste la invitación de tus amigas?
Sandra: No, no acepté, en ese momento, pero me quedé pensando todo el fin de semana, y el lunes en clases lo primero que hice fue preguntarles a mis amigas cómo les había ido, enseñándome todo lo que les habían dado: buena ropa y dinero, perfumes y todo lo que siempre les daban. Fue cuando me decidí, me dije: ¿para qué esperar?, si puedo tener todo lo que yo quiera, total mi primera relación había sido en la secundaria, con un novio que ni siquiera volví a ver después de aquella vez. Así comenzó todo, al principio todo fue fácil: fiestas, licor y drogas, un mundo soñado, para cualquier jovencita de mi edad; llegué a tener todo lo que quería, mi madre, no sé si nunca sospechó o no quiso darse cuenta, o se hizo la desentendida, pues desde esa ocasión, dejé de pedirle dinero y prácticamente me comencé a mantener sola, compraba lo que quería y tenía lo que yo siempre había deseado. En ese mundo conocí a muchas chicas, de supuestas familias acomodadas, que también participaban en estas reuniones, así transcurrió el tiempo, poco a poco, nos fuimos haciendo más y los “amigos” seguían siendo los mismos, por lo que nos “invitaban menos”. Por tal motivo, muchas comenzaron a salir con otros menos “poderosos” económicamente, pero igual nos apoyaban. Las que corrieron con suerte se consiguieron un amigo de planta, que aunque a veces no las invitaba a salir, sí pagaba todos sus caprichos. Entre los “amigos” que teníamos había políticos que gustaban de estos servicios, y compañeros de estos. Ahora en la actualidad la situación está más relajada y las chavas ya no se preocupan mucho con quien salir, con que paguen la tarifa, con eso es más que suficiente; antes era más limitado, ahora ya no, simplemente, conocen a alguien, se caen bien y listo.
L.P: ¿Podrías ser más específica con lo que sucede ahora?,
Sandra: Mira, ahora las chavas se van a “la disco”, conocen a un tipo, se gustan y se desaparecen un rato y listo, ya se ganaron de quinientos a setecientos pesos, según el tiempo que se estén con ellos; es entonces que se comienzan a conocer, si se gustaron, duran de dos a tres meses como “amigos” y si el chavo es esplendido, la chava se siente protegida económicamente y trata de exprimirle lo más que se pueda, para luego buscarse otro y comenzar el ciclo nuevamente. Otras, en cambio son más reservadas y se conforman con alguien que les pague y les dé todo y, aparte, tienen su galán en la escuela.
L.P: ¿Cuántas “amigas” conoces que sean, compañeras tuyas?
Sandra: Existen muchas
Al tiempo que busca entre sus bolsa de mano de donde extrajo una hoja tamaño carta que extendió sobre la mesa en la hoja se apreciaba algunos nombres y números telefónicos.
Sandra: Todas ellas son chicas de CECYTECH o del COBACH, son chavas, son estudiantes y son “amigas”, algunas como ya te dije solo tienen a alguien fijos, pero todas lo hacemos por dinero”.
L.P: Como es un día normal de una “amiga”.
Sandra: Comenzamos nuestro día como cualquier otra estudiante, vamos a clases, tenemos grupos de amigos; casi tan normales y desapercibidas como cualquier otra, tan sólo podemos ser reconocidas por el estilo de vida desprendido y lleno de lujos que llevamos. Durante la mañana, es muy probable, que entren las decenas de mensajes o llamadas que recibimos en los celulares (medio de comunicación cerrado, y exclusivo que utilizamos) y se haya concretado un “plan” o salida para la tarde. A veces nos recogen en la escuela o nosotras mismas nos desplazamos al lugar acordado con nuestro “amigo”. Normalmente son lugares públicos de la ciudad. Antes de finalizar el día, y que se haya acabado el permiso para algunas de nosotras, las más hogareñas, regresan a sus actividades cotidianas, porque es importante que mantengamos un bajo perfil y buenas calificaciones como estudiantes, y así no generar sospechas en los miembros de nuestras familias.
L.P: ¿Las autoridades educativas, qué hacen al respecto?
Sandra: En ese sentido no pueden hacer mucho, ya que como te expliqué todo se hace por teléfono, a través de mensajes y ya nos recogen afuera de la escuela, o en otra parte, y de ahí nos vamos a un hotel.
L.P: ¿Y sus familias?, no se dan cuenta ¿cómo una joven a quienes sus padres les posibilitan su sustento económico acorde a sus gastos, de repente obtienen tantos lujos y están en tantas actividades, las cuales requieren una inversión económica superior, como es que sus familias no parecen cuestionarlas por este tipo de gastos ni amistades?
Sandra: Pues la mayoría no lo saben, otros se hacen de la vista gorda y lo toleran, no supieron hablarnos de educación sexual, menos se atreverán a preguntarnos sobre nuestra sexualidad ahora.
L.P: ¿Este fenómeno es generalizado?
Sandra: claro que no, es cierto que muchas cobramos, pero otras lo hace simplemente por hacerlo, cuando van a los “revén”, o con los novios, pero más del 90% de las chavas ya ha tendido algún tipo de experiencia sexual, de hecho, ahora todo se da a través de estos tipos de fiestas, es ahí, donde comienzan las primeras experiencias y el destrampe, yo he acudido a esas fiestas y, te puedo asegurar, que son diez veces más peor de las que hacían nuestros “amigos”.
Mi cara reflejaba un signo de interrogación, y muchas preguntas se agolpaban en mi mente, lo que me estaba relatando era un tema que se comentaba en voz baja, pero hasta ahora no se contaba con ningún dato sobre el tema.
Por lo cual precipitadamente pregunte:
L.P: ¿Por qué quieres relatar esto, si se supone que de estos vives, o acaso se trata de alguna venganza hacia alguien?
Sandra: No te quiero adelantar nada todavía, quiero que me escuches y al final saques tus propias conclusiones.
La próxima edición, ¡Qué pasa en los revén! Y más sobre el fenómeno “amigas” la emigración de las amigas a otras ciudades
¿Será acaso que el vínculo familiar y comunicacional de las familias de estratos medio-alto se está perdiendo?
En México, el fenómeno de “las amigas” se ha apoderado de la juventud como una modalidad de prostitución moderna, presentándose en todos los estratos sociales y sin distinción de género, en algunos medios de comunicación se muestran como elemento fundamental para que este flagelo social se propague a pasos agigantados.
Prostitución en las escuelas
“Amigas” Sexualidad relajada o prostitución.
Por: Derky Wilner Pérez/Revista Lideres Políticos
Les llaman las “amigas” un nombre que se ha generalizado en México, y se ha popularizado entre las estudiantes de prepa.
La entrevista que se presenta a continuación es sobre un tema demasiado delicado y que sabemos que causará controversia y malestar entre algún extracto de la sociedad. Únicamente la publicamos, por su alto contenido periodístico y porque, sabemos que es una realidad que están viviendo nuestros jóvenes, que nadie quiere ver o se le ha dado poca importancia.
Palenque, Chiapas. Estaba a punto de estacionarme frente a la estación de radio 95.5, en donde presentaría una de las ediciones de la revista Líderes Políticos; el número de mi celular comenzó a sonar, chequé y me marcaba una llamada desconocida, contesté y una voz femenina dijo: “hola, buenas tardes, me gustaría platicar con usted le tengo datos importantes para un reportaje, se que le interesará.” Luego de ponernos de acuerdo en la hora, fecha y lugar de la entrevista, acudí puntual a la cita, la cual, se llevó en un popular café de Palenque; al llegar, una mano que se alzaba me indicó que ella era mi entrevistada, vestía un pantalón de mezclilla y un blusa roja, su edad oscilaba entre unos 17 ó 18 años, (más tarde sabría, que acababa de cumplir los 18), extendiéndome una credencial de estudiante pude constatar que era alumna del COBACH, luego de las respectivas presentaciones me dijo que la llamara “Sandra”; ordenamos un café para ella, un jugo para mí; luego del primer sorbo de café, alzo la mirada sobre la taza, el humo cubrió un halo de misterio en sus ojos y me dijo ¿has escuchado hablar de “las amigas”? Una expresión de sorpresa se dibujo en mi rostro, ella se dio cuenta de mi desconcierto y me abundo, “así nos hacemos llamar un grupo de chavas” quede en silencio un momento, por lo que siguió diciendo. “Yo soy amiga”. Fue cuando la interrumpí interpretando que había muchos más detrás de aquella simple palabra y le dije: “¿Qué te parece que comencemos con la entrevista?”. Tomó otro sorbo de café y, casi, con un susurró me dijo: “pregunta”.
Mi primera interrogante fue el saber:
L.P: ¿Por qué se hacen llamar “amigas” y que encierra esta simple frase?
Sandra: “Es una frase muy popular entre las estudiantes, la adoptamos porque se escucha chida, es una manera elegante de llamarnos, o de identificarnos, lo que sucede es que, más que nada, somos un grupo de “amigas y amigos” (clientes), nos conocemos todos, pedimos dinero, a veces, “por el servicio”, o a veces, simplemente porque necesitamos algo y sin necesidad de que hagamos nada pero pues debemos estar dispuesta a la hora que nos llamen.
Aunque la respuesta era obvia, mientras no saliera de su boca, no tendría validez así que pregunte
L.P: ¿Qué clase de servicio?
Sandra: (Un poco nerviosa), Vendemos sexo
Mirándola fijamente a los ojos, la tranquilice y agradecí la confianza que me brindaba por aquella revelación que aunque es vox populi en las escuelas; no se tiene documentado hasta estos momentos nada sobre este grave problema que enfrentan los jóvenes.
L.P: ¿Lo hacen con alguien fijo, como amantes?,
Sandra: -Si y no; Porqué no existe compromisos, son valores entendidos, simplemente nos llaman y nosotras, si estamos desocupadas vamos, si no, enviamos alguna amiga, claro, muchos prefieren con alguien que ya son fijas y conocidas”.
L.P: (Interrumpiéndola) ¿me podrías contar que está pasando con las estudiantes y el fenómeno amigas?
Sandra: (sonriendo melancólica, recordando lo que ella llamaría los buenos tiempos) –Mira, este fenómeno comenzó aproximadamente, hace unos diez años, más o menos cuando eran los buenos tiempos de Palenque, donde el dinero fluía a manos llenas y todo mundo “hacia negocios”, eran los tiempos tranquilos y de bonanza del municipio y pues había una o dos personas poderosas de acá, que gustaban de chavas bonitas y muchas se dejaron querer o convencer, entre más bonitas, más ganaban, eran la envidia de muchas chavas en la escuela, las veíamos subir a las camionetas polarizadas o carrazos de lujo, “ellos” les daban de todo: regalos, celulares, ropa, viajes, joyas y dinero, presumían en las escuelas. Así trascurrió mi vida.
Tras otro sorbo del café, se detuvo un momento, lanzando un pequeño suspiro, se acomodó en la silla y prosiguió.
Sandra: Cuando entré a la prepa, en ese entonces se encontraba en la calle Independencia, iba con la mentalidad de estudiar y dedicarme algún día a la comunicación, yo llegué y pues pronto, me di cuenta, que algunas amigas a pesar de no tener una solvencia económica holgada, se podían dar lujos que están fuera de los alcances de la mayoría.
L.P: ¿Como qué lujos?
Sandra: Pues siempre traían dinero, de 500, a mil pesos diarios, o celulares caros, de cinco mil ó más laptop; entre otras cuando íbamos a “la disco” siempre vestían bien, buenos perfumes y me comencé a llevar con ellas y aunque, al principio fueron muy reservadas conmigo, poco a poco, se fueron abriendo y, un día, me dijeron, ¿te gustaría tener todo lo que nosotras tenemos? a lo que de inmediato respondí, “claro”, entonces me explicaron que ellas tenían “ciertos amigos” que cuando las invitaban a fiestas privadas les pagaban bien”.
En esos momentos, me di cuenta que sus palabras le costaban salir por los nervios, pero continuó; después de aclarar su voz con un ligero carraspeo y luego de otro trago de café.
Sandra: Supe entonces, que mis amigas se prostituían, claro, a ellas jamás les ha gustado esa palabra, la cual representa un insulto o algo peor ellas prefieren llamarse “amigas” o prepagos en ese entonces yo tenía 15 años y acaba de salir de la secundaria, y a pesar de mi corta edad tenía muy bien formado mi cuerpo; entonces le pregunté a mi amiga: “¿ustedes se prostituyen?”, a lo que rápido me contestó: “claro que no, sólo son nuestros amigos, claro que tenemos sexo, pero no lo vemos de esa forma, es un simple intercambio, nosotras somos complacientes y ellos nos consienten en lo que queramos”, me dijo.
Un silencio se hizo entre los dos, mi entrevistada permaneció callada sin decir una sola palabra y yo quede un momento sin saber que preguntarle, a lo que rápidamente volví a tomar el control de la entrevista y nuevamente interrogue.
L.P ¿Aceptaste la invitación de tus amigas?
Sandra: No, no acepté, en ese momento, pero me quedé pensando todo el fin de semana, y el lunes en clases lo primero que hice fue preguntarles a mis amigas cómo les había ido, enseñándome todo lo que les habían dado: buena ropa y dinero, perfumes y todo lo que siempre les daban. Fue cuando me decidí, me dije: ¿para qué esperar?, si puedo tener todo lo que yo quiera, total mi primera relación había sido en la secundaria, con un novio que ni siquiera volví a ver después de aquella vez. Así comenzó todo, al principio todo fue fácil: fiestas, licor y drogas, un mundo soñado, para cualquier jovencita de mi edad; llegué a tener todo lo que quería, mi madre, no sé si nunca sospechó o no quiso darse cuenta, o se hizo la desentendida, pues desde esa ocasión, dejé de pedirle dinero y prácticamente me comencé a mantener sola, compraba lo que quería y tenía lo que yo siempre había deseado. En ese mundo conocí a muchas chicas, de supuestas familias acomodadas, que también participaban en estas reuniones, así transcurrió el tiempo, poco a poco, nos fuimos haciendo más y los “amigos” seguían siendo los mismos, por lo que nos “invitaban menos”. Por tal motivo, muchas comenzaron a salir con otros menos “poderosos” económicamente, pero igual nos apoyaban. Las que corrieron con suerte se consiguieron un amigo de planta, que aunque a veces no las invitaba a salir, sí pagaba todos sus caprichos. Entre los “amigos” que teníamos había políticos que gustaban de estos servicios, y compañeros de estos. Ahora en la actualidad la situación está más relajada y las chavas ya no se preocupan mucho con quien salir, con que paguen la tarifa, con eso es más que suficiente; antes era más limitado, ahora ya no, simplemente, conocen a alguien, se caen bien y listo.
L.P: ¿Podrías ser más específica con lo que sucede ahora?,
Sandra: Mira, ahora las chavas se van a “la disco”, conocen a un tipo, se gustan y se desaparecen un rato y listo, ya se ganaron de quinientos a setecientos pesos, según el tiempo que se estén con ellos; es entonces que se comienzan a conocer, si se gustaron, duran de dos a tres meses como “amigos” y si el chavo es esplendido, la chava se siente protegida económicamente y trata de exprimirle lo más que se pueda, para luego buscarse otro y comenzar el ciclo nuevamente. Otras, en cambio son más reservadas y se conforman con alguien que les pague y les dé todo y, aparte, tienen su galán en la escuela.
L.P: ¿Cuántas “amigas” conoces que sean, compañeras tuyas?
Sandra: Existen muchas
Al tiempo que busca entre sus bolsa de mano de donde extrajo una hoja tamaño carta que extendió sobre la mesa en la hoja se apreciaba algunos nombres y números telefónicos.
Sandra: Todas ellas son chicas de CECYTECH o del COBACH, son chavas, son estudiantes y son “amigas”, algunas como ya te dije solo tienen a alguien fijos, pero todas lo hacemos por dinero”.
L.P: Como es un día normal de una “amiga”.
Sandra: Comenzamos nuestro día como cualquier otra estudiante, vamos a clases, tenemos grupos de amigos; casi tan normales y desapercibidas como cualquier otra, tan sólo podemos ser reconocidas por el estilo de vida desprendido y lleno de lujos que llevamos. Durante la mañana, es muy probable, que entren las decenas de mensajes o llamadas que recibimos en los celulares (medio de comunicación cerrado, y exclusivo que utilizamos) y se haya concretado un “plan” o salida para la tarde. A veces nos recogen en la escuela o nosotras mismas nos desplazamos al lugar acordado con nuestro “amigo”. Normalmente son lugares públicos de la ciudad. Antes de finalizar el día, y que se haya acabado el permiso para algunas de nosotras, las más hogareñas, regresan a sus actividades cotidianas, porque es importante que mantengamos un bajo perfil y buenas calificaciones como estudiantes, y así no generar sospechas en los miembros de nuestras familias.
L.P: ¿Las autoridades educativas, qué hacen al respecto?
Sandra: En ese sentido no pueden hacer mucho, ya que como te expliqué todo se hace por teléfono, a través de mensajes y ya nos recogen afuera de la escuela, o en otra parte, y de ahí nos vamos a un hotel.
L.P: ¿Y sus familias?, no se dan cuenta ¿cómo una joven a quienes sus padres les posibilitan su sustento económico acorde a sus gastos, de repente obtienen tantos lujos y están en tantas actividades, las cuales requieren una inversión económica superior, como es que sus familias no parecen cuestionarlas por este tipo de gastos ni amistades?
Sandra: Pues la mayoría no lo saben, otros se hacen de la vista gorda y lo toleran, no supieron hablarnos de educación sexual, menos se atreverán a preguntarnos sobre nuestra sexualidad ahora.
L.P: ¿Este fenómeno es generalizado?
Sandra: claro que no, es cierto que muchas cobramos, pero otras lo hace simplemente por hacerlo, cuando van a los “revén”, o con los novios, pero más del 90% de las chavas ya ha tendido algún tipo de experiencia sexual, de hecho, ahora todo se da a través de estos tipos de fiestas, es ahí, donde comienzan las primeras experiencias y el destrampe, yo he acudido a esas fiestas y, te puedo asegurar, que son diez veces más peor de las que hacían nuestros “amigos”.
Mi cara reflejaba un signo de interrogación, y muchas preguntas se agolpaban en mi mente, lo que me estaba relatando era un tema que se comentaba en voz baja, pero hasta ahora no se contaba con ningún dato sobre el tema.
Por lo cual precipitadamente pregunte:
L.P: ¿Por qué quieres relatar esto, si se supone que de estos vives, o acaso se trata de alguna venganza hacia alguien?
Sandra: No te quiero adelantar nada todavía, quiero que me escuches y al final saques tus propias conclusiones.
La próxima edición, ¡Qué pasa en los revén! Y más sobre el fenómeno “amigas” la emigración de las amigas a otras ciudades
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