AGENCIA
Los alrededores de la Casa Blanca conforman una de zonas más vigiladas y restringidas del mundo… pero en esta ocasión la fiesta fue ahí. Solos o acompañados de familiares y amigos, los asistentes acudieron de manera espontánea, tan pronto supieron que Barack Obama había ganado la Presidencia de Estados Unidos. Sin escatimar en gritos pasaron frente al Departamento del Tesoro haciendo a un lado, al menos por una noche irrepetible, el sombrío panorama económico que enfrentará el senador demócrata, quién ganó las elecciones con la promesa de un cambio. “¿Qué significa el cambio esta noche? Soy estudiante de políticas públicas y significa muchas promesas para la siguiente generación, algo mejor para este país”, expresó Hillary, ciudadana estadounidense. Las efigies de cartón de un Obama sonriente se llevaron los aplausos y ovaciones a su paso. Esta frase, ahora célebre en la cultura política de los estadounidense, también se escuchó en su versión original. “Espero que tenga las cualidades y las capacidades de poder sacar un gobierno bueno y mucho mejor que el que ha tenido Bush y espero en Dios que la situación le salga bien porque siendo un afroamericano y siendo la mamá blanca yo voté por él a pesar de que soy hispano”, manifestó Henry, ciudadano estadounidense. Indiferentes a la celebración, algunos afroamericanos sin techo intentaron conciliar el sueño en medio de los gritos y el incesante sonar de los claxons. Son una muestra clara de los retos que enfrentará Obama. “Esperamos que muchas cosas cambien especialmente para los afroestadounidenses y para otras minorías”, expuso Robin, ciudadana estadounidense. Es la noche del 4 de noviembre del 2008, aquí en Washington frente a la Casa Blanca donde miles de personas se han dado cita para celebrar la histórica victoria de Barack Obama, el primer afroamericano que llega a Estados Unidos y que asumirá el poder el próximo 20 de enero.
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